Para compensar la falta de movilidad durante el confinamiento, propongo esta serie movilizaciones. Hace unos años tuve una fractura de peroné y tras la cirugía, como costaba bajar la inflamación del pie, desarrollé estas prácticas para «bombear» en las zonas de mayor afluencia de ganglios linfáticos (cuello, axilas, abdomen e ingles). El sistema linfático no tiene un «corazón», la linfa circula por los cambios de presión gracias a los movimientos.