Nada que comprender
Qué tranquilidad poder estar con las piernas encima de una banqueta, la espalda sobre la moqueta, los brazos descansando “de verdad” sobre ella, y no tener nada que comprender, solo ESTAR. Abandonarme al suelo y SER. Dos lágrimas salen de los ojos, se deslizan por las sienes y se introducen en el cuero cabelludo. Poder … Leer más