Mi nombre es Manu. Hace unos cuantos años que practico deporte de forma intensa para ser un deportista popular y la verdad es que disfrutaba mucho con lo que hacía, a pesar de los esfuerzos que me suponía al tener que conjugar vida personal, laboral y familiar. Durante el año 2014 tenía muchas molestias en la zona lumbar preparándome para el objetivo deportivo que tenía a principios de julio.
Desgraciadamente, la semana previa a la prueba, los dolores se incrementaron y después de la competición los dolores fueron pasando al psoas, cadera, glúteo, rodilla, etc.
Hernia con rotura anular en L4-L5 y protusión con signos de rotura en L3-L4 fue el diagnóstico de la resonancia magnética. La experiencia con la medicina tradicional fue bastante negativa, ya que a los tres traumatólogos que fui no me dieron ningún tipo de solución.
Simplemente que esperara y con el tiempo a operarme seguro.
La cirugía es el fracaso de la medicina, y gracias al osteópata con el que llevo tiempo confiando conocí los estiramientos de cadenas musculares puestos en práctica por Jorge.
La sensación desde el primer día es de liberación, amplitud, etc. Pondré como ejemplo que, el primer día que acudí a las clases dirigidas, al día siguiente había crecido un dedo ya que al ducharme mi cabeza pegaba contra el telefonillo de la ducha cuando normalmente no pasaba.
Después de un mes practicando los estiramientos, tanto en casa como una rutina fija diaria, como en las clases dirigidas, no recuerdo estar tan bien de la espalda y de mi hernia que está ahí conmigo respetándome.