Quiero decirte que he comprado el libro de La silla vacía. Sólo leí algo del principio, prólogo, prefacio, la introducción y un poco del primer capítulo. No puedo avanzar, no hago más que ir atrás y releer. Está tan subrayado el libro, que parece una cebra. No tiene desperdicio y lo que más me llega de esta lectura es lo que yo estoy viviendo contigo.
En estas líneas te veo a ti, como si te escuchara decirlas. Este hombre cuenta lo que tú ya me estás transmitiendo desde el momento en que te conocí.
Recogiendo palabras del libro…
«No estamos aprendiendo una terapia, sino modificando y expandiendo nuestra aproximación a la vida a través de la expansión de la conciencia de su fuente, justo en el corazón de quienes somos».
El Trabajo con el Potencial Corporal nos acerca a estas palabras de Mikel Boxhall, al menos yo así lo siento. Y también siento que es un privilegio haberme encontrado una persona con tanta entrega como la tuya, el efecto de tu enseñanza ha tocado mi vida.